Evitar la vida sedentaria: la falta de ejercicio debilita los músculos que sostienen la columna.
Adecuar las actividades y esfuerzos a la capacidad física de la persona: no todos los jóvenes empiezan su desarrollo a la misma edad ni lo efectúan a la misma velocidad
Adoptar hábitos de vida saludables: dieta sana, abstenerse de consumir estimulantes y tóxicos, equilibrio entre la actividad y el descanso …
Corregir los hábitos posturales incorrectos heredados de la infancia: forma de sentarse, de correr, de dormir, de estudiar…
Mantener un buen equilibrio emocional: el estrés y las preocupaciones provocan rigidez muscular.
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